9/10/10

Recuerdo aquel pañuelo


    Recuerdo aquel pañuelo
convirtiéndose en pájaro blanco.


   Luego empezó el diluvio.
Luego no pudimos secarnos.


   Seguimos juntos.

7/10/10

A ti...

     La ingenuidad en la mirada para tu belleza y fragilidad, como surtidor de todas las cosas que conmueven a mi corazón y hacen del tuyo corona de oro para mis anhelos. Mi amor, mi sangre, puliendo todas tus esquinas para el abrazo y la posesión tierna -consentida, esperada- de toda tu esencia hecha carne con la mía.

El deseo, el olvido, para perpetuar lo eternamente efímero: la sed del enamorado.

5/10/10

No hay por qué decir nada.


    No hay por qué decir nada.
   En ocasiones es mejor decir Nada.

4/10/10

  



(El horizonte no está a 5 kilómetros de distancia
porque en mi corazón no funciona la geometría)

Si el mañana fuera un parto
de sangre en el cielo derramada,
yo tendría mortajas suficientes
para hacer grande a cualquier muerto.
Pero el día no tiene caderas
para esta esperanza sin nombre,
sólo un adiós preñado de olvido
y exceso de tierra.

Puede que el plomo de mis manos
haya cortado tanto mis ojos
que la luz sea un imposible doble
donde mi amor se despeña sin remedio.
Pero, ¿quién puede negar
la sombra de estos años?
¿Quién todo el fracaso
y la derrota que me han cincelado?
¿Quién esta soledad o silencio?

Demasiadas lágrimas,
siempre demasiadas lágrimas.

No te empeñes

   


   No te empeñes
en hacer una foto
como si estuvieses solo.


   Siempre puedes
hacer volar a un pájaro.

David Bowie - Wild Is The Wind

 .


Perro que mira (A Mon)



   Perro que mira
huele y oye

perro que gira y corre

perro que está y es

perro que vive sin muerte.

   Su perro duerme
le mira y se calma.



A VuelaPluma



     El aire es el hueco imposible de tu perfil,
el eco perfecto de tu ausencia,
el único trozo de ti que me dejas..

     Todo se hace sombra y lágrima,
ocaso de manos o de labios,
perenne afonía para un corazón
sin más palabras que un latido para el recuerdo.



Me empeño



   Me empeño.

   Quito cada mañana,
raspando con dientes y uñas,
pedacitos de lágrimas
que se añaden
a tu ventana.